obesidad en los adolescentes
La obesidad es un factor de riesgo y un problema de salud pública, se asocia a la
generación de enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades
cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares y algunas
formas de cáncer. Otras complicaciones son las pulmonares, ortopédicas,
gastrointestinales/hepáticas. Algunas de las principales causas son el consumo de
alimentos hipercalóricos, con alto nivel de grasas y azúcares, la poca actividad
física, en general los hábitos sedentarios. Una de las poblaciones en riesgo es la
de adolescentes a quienes también les afecta en su imagen corporal y en la
aceptación a su grupo de iguales y sin embargo su estudio no ha sido fácil ya que
no se cuenta con una medición directa de la obesidad y aún se depende de
indicadores indirectos como el índice de masa corporal (IMC), mismo que varía de
población a población.
Toro, J. (1999). El cuerpo como delito. Ariel ciencia. España. Villanueva, J. & Ramírez, E. (2004). Factores asociados al sobrepeso en estudiantes de 8 a 18 años de áreas suburbanas, Hidalgo, México. Salus cum positum vital, 5(3)
Los adolescentes son la población vulnerable ante los criterios sociales de belleza
y aceptación, la obesidad puede referir en ellos en un sinfín de significados que
propician la construcción de su identidad e imagen corporal que puede o no ser
favorable en la satisfacción de sí mismos y en su salud.
La Organización Mundial de la Salud, ha considerado a la obesidad como un
problema de salud pública, de carácter mundial, la clasifica como enfermedad
crónica caracterizada por numerosas complicaciones.
En México, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), la prevalencia nacional combinada de obesidad
y sobrepeso en niños de entre 5 y 11 años fue de 26% para ambos sexos, en
comparación con la prevalencia de 1999, que fue de 18.6%. El aumento entre
1999 y 2006 fue de 39.7% para los sexos combinados en solo siete años en este
grupo de edad. Con respecto a los adolescentes de 12 a 19 años de edad la
ENSANUT (2006), refiere que uno de cada tres hombres o mujeres tienen
sobrepeso u obesidad. Existe incremento en la tendencia de obesidad a mayor
edad en el caso de las mujeres. Se comparó la prevalencia de sobrepeso y
obesidad de las mujeres de 12 a 19 años en 2006 con la de 1999 y se observó un incremento en el sobrepeso de 21.6 a 23.3 (7.8%) y un aumento en obesidad: de
6.9 a 9.2 (33.3%).
DAÑOS ALA SALUD
Los daños que el sobrepeso y la obesidad traen al organismo pueden clasificarse
en relación a su evolución, pueden ser inmediatos, mediatos y tardíos; en los
inmediatos se encuentran las alteraciones ortopédicas en columna, pies y
caderas, en los mediatos se presenta en un lapso de 2 a 4 años posterior al inicio
de la obesidad son la hipertensión arterial, hipocolesterolemia total, triglicéridos
altos, y las consecuencias tardías pueden ser diabetes mellitus tipo 2, hipertensión
arterial, enfermedad renal, accidentes cardiovasculares, en hombres cáncer de
colon, gota y en la mujer hipertensión en el embarazo, artritis y fracturas de cadera.
Korbman, R. (2007). Tratamiento y prevención de la obesidad en niños y adolescentes. México. Trillas.
DAÑOS EMOCIONALES
Los daños emocionales asociados; son la baja autoestima y la depresión, el
maltrato por parte de sus compañeros y familiares, en forma de exclusión social,
prejuicios y discriminación, bajo aprovechamiento escolar, baja calidad de vida y
deterioro del estatus socioeconómico
FACTORES ASOCIADOS A LA OBESIDAD
Son múltiples los factores que intervienen en la presencia y permanencia de la
obesidad, de entre ellos se encuentran los aspectos genéticos, el sexo, el ritmo
alimentario, el ejercicio físico, el sedentarismo y la naturaleza de los alimentos,
entre otros.
Los genes influyen de manera decisiva en la determinación del índice de masa
corporal (IMC) y en la distribución corporal del tejido graso. El fenotipo deobesidad se transmite de padres a hijos de acuerdo con el género, de donde se
pueden establecer por lo menos cuatro grupos fenotípicos según el sitio
predominante de acumulación de grasa:
1) generalizada,
2) androide,
3) visceral
4) ginecoide
Con respecto al sexo; las niñas desde el nacimiento, poseen más grasa que los
niños, en la pubertad la parte adiposa del peso corporal pasa del 18% al 25% en la
mujer y del 12% al 18% en los hombres. Marcos (2007), mostró mediante un
estudio realizado en adolescentes que, existe una mayor frecuencia de obesidad
central en mujeres que en hombres. Aunque también Sotelo y col. (2005) después
de estudiar población de Sonora, refieren que no existen diferencias significativas.
el ritmo alimentario es un factor genético adaptativo y
menciona que los obesos pobres han desarrollado adaptación metabólica, en base
a tiempos de hambruna, su organismo tiende a almacenar energía en forma de
grasa. Actualmente se sabe y acepta que una sola ingesta de alimentos durante el
día provoca el aumento considerablemente del metabolismo de la glucosa por la
vía de las pentosas, que es energéticamente más rentable. También se ha
demostrado que el régimen quíntuple (cinco comidas durante el día) o el repartido
en siete comidas, produce el adelgazamiento pronunciado.
Otro factor es la naturaleza de los alimentos que pueden provocar desequilibrio
alimentario acarreando sobrepeso y obesidad, por ejemplo, si la ingestión de
energía excede el gasto y los requerimientos para el crecimiento durante un
periodo prolongado. Se considera que la constitución de la alimentación se
caracteriza por un consumo creciente de alimentos ricos en colesterol, grasas
saturadas, azúcares y sodio debido a las modificaciones que en últimas décadas
se está teniendo en los patrones de alimentación (Fausto, et al. 2006). Estos
nuevos patrones de consumo alimentario se evidencia en el consumo de comida
rápida (French, et al. 2001) y las comidas realizadas fuera de casa (que contienen más grasas saturadas y sodio, así como poca fibra, hierro y calcio); el aumento de
la tendencia a consumir alimentos fuera de los horarios de las comidas, con
contenidos de azúcares, sodio y grasas saturadas; el aumento en la ingesta de
grandes volúmenes de refresco, cabe mencionar a este respecto que el consumo
de bebidas gaseosas, se ha triplicado en los últimos 50 años y se ha incrementado
en los jóvenes en los últimos 30 años, (Vizmanos, 2006), en contraposición se
encuentra un menor consumo de frutas, verduras, cereales y leche.
El decremento de la actividad física es otra explicación del incremento de la
obesidad en la etapa infantil y adolescencia. Esta hipótesis ha sido explicada a
partir de la ecuación de ingestión y gasto de energía; la obesidad surge cuando la
ingestión de energía es mayor al gasto energético, dentro del cual la actividad y la
inactividad física juegan un papel importante siendo por tanto la actividad física un
factor protector del sobrepeso y la obesidad (Caballero et al, 2007). Marcos (2007)
determinó el promedio del total de horas dedicadas a actividad física dentro y
fuera de la escuela; los adolescentes con obesidad dedican de 3 a 3.5 horas a la
semana, los no obesos que realizan ejercicio, lo hacen entre 5.4 a 6.2 horas por
semana.
La obesidad también está ligada al sedentarismo que conlleva la disminución de
gasto energético. Actualmente se está presentando una tendencia al
comportamiento sedentario, por ejemplo, el uso excesivo del transporte, las
actividades del tiempo libre o del trabajo, esto tiene que ver con la reducción de
los espacios urbanos de recreación, incluso el espacio de la vivienda y de otros
que permitan la posibilidad de actividad física (Fausto, 2006) (Vizmanos, 2006).
Un hecho presente en los adolescentes es el exceso en el uso del televisor, el
promedio de horas frente a un televisor y práctica de videojuegos es mayor en el
grupo de adolescentes con obesidad.
CONSIDERACIONES
En México a inicios del siglo XX en el marco de la revolución, se tuvieron cambios
demográficos y epidemiológicos, se pasó de un sistema productivo agrícola a un
sistema productivo industrializado que provocó la migración de las zonas rurales a
las zonas urbanas, básicamente a la capital, se generaron nuevos hábitos de vida,
en los patrones de trabajo, en la educación, en la socialización y en la
alimentación, se iniciaron y consolidaron los modos de vida sedentarios,
competitivos, estresantes y mercantilizados, se transformó el cuerpo en un cuerpo
obeso (Solis, 2007).
Un problema es la falta de consenso universal sobre si la obesidad debe
considerarse como enfermedad o solo como una condición predisponerte para el
desarrollo de enfermedades. Se cuenta con insuficientes registros epidemiológicos
de la frecuencia y la distribución, así como del impacto en la salud, a manera de
complicaciones, incapacidad o mortalidad.
En México, el sistema de vigilancia Epidemiológica Hospitalaria de Diabetes
publicó en su boletín de 2006 que la presencia de obesidad incrementa la
resistencia a la insulina, y en 2007 publicó que el incremento de enfermedades
crónicas está asociado a la presencia de obesidad y que la obesidad ya no es una
manifestación saludable, sino poco saludable que se debe considerar como una
enfermedad.
En relación a las encuestas en México, debemos señalar que el estudio de la
obesidad en población de adolescentes, no se había analizado de manera
independiente, sino solo en conjunto con los niños. Es la Encuesta Nacional de
Salud y Nutrición (2006) la que considera a la adolescencia como una población
independiente, y a partir de esto se puedo analizar la evolución del sobrepeso y
obesidad.
Comentarios
Publicar un comentario